9 jun 2016

Visita al CEIP Miraflor (09.06.2016).



Al segundo intento llegó la oportunidad de visitar el aula de mi amigo Miguel Cedrés. Digo segunda oportunidad porque el curso anterior se me cruzaron las fechas y me fue imposible acercarme a su aula, por tanto estaba en deuda con él. Este año sus alumnos del CEIP Miraflor leyeron el libro Enigma en El Colmenar y me dije: No puedo fallar. Y así fue, cogí mi coche y me planté en el Colegio tras una verdadera odisea, pues erré en el camino, pero así y todo llegué a tiempo.



¿Han estado alguna vez en el CEIP Miraflor? Es el colegio donde todos los docentes  quisiéramos ocupar la plaza de nuestra vida docente. En el campo, sin casas a su alrededor, con espacios, vistas y olor a naturaleza por todos lados. Ya había estado antes, pues lo visité en primera ocasión junto a mi compañero de la Inspección Luis Fernández Marcos limitando las zonas de influencias, creo recordar que fuera ese el motivo. Luego acudí también a otro encuentro literario hace años y ayer a cumplir con el compromiso con mi amigo Miguel Cedrés. Una delicia de mañana.




Llegué justo en el momento de terminar de leer el último capítulo y pude intercambiar opiniones frescas sobre los pormenores. Han hecho Miguel Cedrés con la ayuda estimable de Jessica Betancor un trabajo muy intenso con el libro. Paso a paso, deteniéndose en las palabras que presentaban dudas, buscándoles significado, apuntándolas en listas por dificultades de comprensión y por su uso habitual. Habían buscado estas palabras en el diccionario y en internet, usando este medio además para interesarse por Valsequillo, donde se produce la trama. Vi, además, como cada capítulo ha dado lugar a una serie de trabajos de comprensión lectoras, más que interesante para el progreso en el proceso lectoescritor. 



Además tuvimos tiempo para intercambiar opinones con los lectores, aclarar sus dudas y dar unos consejos para el uso de la escuela como vía de preparación para un mundo al que se van a enfrentar como buenos ciudadanos, que ese es uno de los objetivos de la escuela y que me gusta siempre recordar al alumnado.  



Tuvimos tiempo de recreo y como no, entonces en tiempo de café y bizcocho de Moya ¡Qué rico! surgió nuestro otro tema pasión, la música. Era inevitable que así fuera. Hablar con Miguel de música es un placer, además de un libro abierto de donde puede emanar cualquier anécdota o tecnicismo que, a los que nos apasiona el tema, nos lleva a la empatía total. Miguel es un lujo para la escuela, observé como en la pizarra había escrito nombres legendarios del rock y me comentó que estaba preparando el día de la despedida del cierre del curso escolar, con una actuación con el alumnado y democráticamente elegían el tema a interpretar. Yo me invité voluntariamente ese día, espero no perdérmelo pues los temas expuestos prometen ser espectador de primera fila.




Bueno, pues eso que se habrá notado que me encantó y salí de allí feliz y con ganas de volver. Gracias a los chicos por el interés en aprender, a los profes por las atenciones, a Miguel por su detalle y dedicación, a Jessica por su ayuda con el alumnado en la tarea y a todos los compañeros, algunos camigos y muy cercanos, por sus atenciones. 

¡Ah! Espero no complicarme para vernos el día del cierre del curso escolar.
    


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